ARISTÓTELES TODAVÍA
FÍSICA Y FILOSOFÍA
Han pasado cuatrocientos años desde la revolución científica y filosófica que termina con la Edad Media. Es el triunfo de Platón frente a Aristóteles, pero no hay que desdeñar la fuerza de la lógica aristotélica: la inmensa mayoría continuamos anclados a ella. Nadie duda que la Tierra es redonda y se mueve, pero pocos de los que no han estudiado física superior (y algunos de los que lo han hecho) serán capaces de dar razón cabal, verdadero o falso, de las proposiciones siguientes:Leer más
-El reposo es el estado natural de los cuerpos terrestres. El movimiento es un tránsito hacia el reposo. El movimiento no es un estado, sino un paso entre dos estados de reposo.
-El movimiento de los cuerpos celestes puede ser eterno, pero el de los terrestres no.
-Si un cuerpo se mueve uniformemente (sin rozamiento ni ninguna otra fuerza) acabará parándose.
-Si la tierra gira hacia oriente, la bala de cañón disparado en esa dirección recorrerá mayor distancia que la disparada en sentido contrario (hacia occidente), pues mientras la bala está en el aire la tierra habrá recorrido algunos metros más (dada la velocidad de rotación de la tierra sería más propio hablar de Km.).
-Si dejamos caer dos cuerpos del mismo material y de la misma forma desde un globo, en ausencia de aire u otros rozamientos, caerá antes el más grande y más peso. Es decir caerá antes una bala de cañón esférica de plomo que una de pistola también esférica y de plomo.
-Desde el mismo globo y en las mismas condiciones de aire, fuerzas, movimientos, etc. llegará antes al suelo una rueda (de piedra) de molino que un grano de trigo.
-Si hacemos cálculos elementales veremos que cualquier punto de la superficie terrestre va a más de 1.600 Km./h. (teniendo en cuenta sólo la velocidad de rotación). Entonces ¿por qué los cuerpos permanecen en su lugar y no salen disparados hacia atrás?
-Un barco se desliza por el Támesis. En lo alto de su palo mayor (que mide justo lo suficiente para no rozar el puente más alto) hay un mecanismo que dejará caer una bolita de metal cuando se acciona. En ese mismo puente hay otro mecanismo (justo a la altura del sujetado al palo mayor) con otra bolita de metal idéntica. Cuando los dos mecanismos están casi juntos, una señal de laser los activa y caen las dos bolitas sobre el barco: ¿las dos caerán al pie del mástil? ¿las dos caerán hacia atrás del mástil? ¿Caerá una al pie del palo y la otra hacia atrás? (No hay aire ni rozamiento, etc. etc.)
Si pensamos que alguna de estas afirmaciones es verdadera o sospechamos que es falsa por la intencionalidad del planteamiento, pero no sabemos por qué y, además, en nuestro fuero interno pensamos que lo lógico sería que fuese verdadero, tal como está planteado, es porque en la vida de las apariencias reales el sistema de Aristóteles (realismo) es, efectivamente, el más lógico. Al fin y al cabo todas las cosas en movimiento acaban parándose. No notamos que la Tierra se mueva. La tierra y los metales son más pesados que el agua, por eso se hunden. El aire y el fuego son más ligeros, por eso se elevan. El aristotelismo trata de contestar el porqué. Cada uno de los cuatro elementos tiene su lugar natural por eso caen o se elevan. La Tierra está en el centro, inmóvil, con unas leyes naturales distintas a las de los cuerpos celestes, más allá de la Luna y que no conocemos (son leyes divinas). El Sol y las estrellas tienen trayectorias circulares por eso el día sigue a la noche. El infinito es algo que no podemos imaginar, por eso el universo es finito y acaba en la esfera de las estrellas fijas.
Los problemas surgen cuando Copérnico quiere explicar el movimiento errático de los planetas (en griego significa errante), o cuando Galileo observa con su telescopio que la Luna también tiene montañas, como la Tierra. O cuando comprueba que dos bolitas, de distinto peso y tamaño, tardan el mismo tiempo en caer por un plano inclinado. O cuando a Keppler no le cuadran las observaciones de otro astrónomo (Ticho Brae) para los movimientos circulares de los astros y, en cambio, sí lo harían si las órbitas fuesen elípticas. Y, también, cuando se quiere saber porqué el alcance de los cañones es mayor cuando su inclinación, respecto al suelo, es de 45º
A partir de entonces se renuncia a ese sistema global que lo explicaba todo y contestaba los porqués, para ir construyendo otro, paso a paso, en el que se explique cómo suceden las cosas, sin importar tanto el porqué. En ese nuevo sistema se piensa que las leyes para cualquier suceso deben ser las mismas en todas las partes del universo, deben ser leyes universales, y además están escritas en lenguaje matemático. Desde Descartes una esfera ya no será nunca algo redondo, parecido a una naranja o a un canto rodado de un río. Será el lugar geométrico de todos los puntos de un círculo al girar sobre su diámetro. Desde Galileo estamos en la época moderna del conocimiento científico. (Ahora se llama física clásica para diferenciarla de la cuántica).
Han pasado cuatrocientos años desde la revolución científica y filosófica que termina con la Edad Media. Es el triunfo de Platón frente a Aristóteles, pero no hay que desdeñar la fuerza de la lógica aristotélica: la inmensa mayoría continuamos anclados a ella. Nadie duda que la Tierra es redonda y se mueve, pero pocos de los que no han estudiado física superior (y algunos de los que lo han hecho) serán capaces de dar razón cabal, verdadero o falso, de las proposiciones siguientes:Leer más
-El reposo es el estado natural de los cuerpos terrestres. El movimiento es un tránsito hacia el reposo. El movimiento no es un estado, sino un paso entre dos estados de reposo.
-El movimiento de los cuerpos celestes puede ser eterno, pero el de los terrestres no.
-Si un cuerpo se mueve uniformemente (sin rozamiento ni ninguna otra fuerza) acabará parándose.
-Si la tierra gira hacia oriente, la bala de cañón disparado en esa dirección recorrerá mayor distancia que la disparada en sentido contrario (hacia occidente), pues mientras la bala está en el aire la tierra habrá recorrido algunos metros más (dada la velocidad de rotación de la tierra sería más propio hablar de Km.).
-Si dejamos caer dos cuerpos del mismo material y de la misma forma desde un globo, en ausencia de aire u otros rozamientos, caerá antes el más grande y más peso. Es decir caerá antes una bala de cañón esférica de plomo que una de pistola también esférica y de plomo.
-Desde el mismo globo y en las mismas condiciones de aire, fuerzas, movimientos, etc. llegará antes al suelo una rueda (de piedra) de molino que un grano de trigo.
-Si hacemos cálculos elementales veremos que cualquier punto de la superficie terrestre va a más de 1.600 Km./h. (teniendo en cuenta sólo la velocidad de rotación). Entonces ¿por qué los cuerpos permanecen en su lugar y no salen disparados hacia atrás?
-Un barco se desliza por el Támesis. En lo alto de su palo mayor (que mide justo lo suficiente para no rozar el puente más alto) hay un mecanismo que dejará caer una bolita de metal cuando se acciona. En ese mismo puente hay otro mecanismo (justo a la altura del sujetado al palo mayor) con otra bolita de metal idéntica. Cuando los dos mecanismos están casi juntos, una señal de laser los activa y caen las dos bolitas sobre el barco: ¿las dos caerán al pie del mástil? ¿las dos caerán hacia atrás del mástil? ¿Caerá una al pie del palo y la otra hacia atrás? (No hay aire ni rozamiento, etc. etc.)
Si pensamos que alguna de estas afirmaciones es verdadera o sospechamos que es falsa por la intencionalidad del planteamiento, pero no sabemos por qué y, además, en nuestro fuero interno pensamos que lo lógico sería que fuese verdadero, tal como está planteado, es porque en la vida de las apariencias reales el sistema de Aristóteles (realismo) es, efectivamente, el más lógico. Al fin y al cabo todas las cosas en movimiento acaban parándose. No notamos que la Tierra se mueva. La tierra y los metales son más pesados que el agua, por eso se hunden. El aire y el fuego son más ligeros, por eso se elevan. El aristotelismo trata de contestar el porqué. Cada uno de los cuatro elementos tiene su lugar natural por eso caen o se elevan. La Tierra está en el centro, inmóvil, con unas leyes naturales distintas a las de los cuerpos celestes, más allá de la Luna y que no conocemos (son leyes divinas). El Sol y las estrellas tienen trayectorias circulares por eso el día sigue a la noche. El infinito es algo que no podemos imaginar, por eso el universo es finito y acaba en la esfera de las estrellas fijas.
Los problemas surgen cuando Copérnico quiere explicar el movimiento errático de los planetas (en griego significa errante), o cuando Galileo observa con su telescopio que la Luna también tiene montañas, como la Tierra. O cuando comprueba que dos bolitas, de distinto peso y tamaño, tardan el mismo tiempo en caer por un plano inclinado. O cuando a Keppler no le cuadran las observaciones de otro astrónomo (Ticho Brae) para los movimientos circulares de los astros y, en cambio, sí lo harían si las órbitas fuesen elípticas. Y, también, cuando se quiere saber porqué el alcance de los cañones es mayor cuando su inclinación, respecto al suelo, es de 45º
A partir de entonces se renuncia a ese sistema global que lo explicaba todo y contestaba los porqués, para ir construyendo otro, paso a paso, en el que se explique cómo suceden las cosas, sin importar tanto el porqué. En ese nuevo sistema se piensa que las leyes para cualquier suceso deben ser las mismas en todas las partes del universo, deben ser leyes universales, y además están escritas en lenguaje matemático. Desde Descartes una esfera ya no será nunca algo redondo, parecido a una naranja o a un canto rodado de un río. Será el lugar geométrico de todos los puntos de un círculo al girar sobre su diámetro. Desde Galileo estamos en la época moderna del conocimiento científico. (Ahora se llama física clásica para diferenciarla de la cuántica).
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